El jaguar de Luna
Había una vez en un lugar de la tierra un niño que se hizo amigo de un jaguar,
él guardaba el secreto porque no era posible creer que un pequeño niño de apenas doce años saliera a jugar por las ramas de los árboles,
hacer competencias de carreras y montar en un jaguar que trataba como su mascota de casa.
El nombre de aquel niño era Luna,
su madre le había puesto ese nombre porque llegó en una noche de luna nueva,
brillante y sonriente.
Luna no había conseguido hacer muchos amigos en la escuela,
pero un domingo,
cuando bajaba por agua se encontró a un animal sufriendo en una trampa,
aquel hermoso animal tenía un pelaje sedoso y se quejaba con angustia,
su pata estaba apretada por un metal.
Luna no tuvo miedo en bajar hasta el lugar donde el animal permanecía lamiendo su pata,
y trató de calmarlo,
encontró una vara que utilizó para intentar liberar al animalito,
parecía un pequeño gato,
hizo fuerza pero la vara se rompió,
le brincó a la cara y lo hirió.
Luna no se dio por vencido y corrió muy rápido,
para tomar de su casa una navaja que le había heredado su abuelo y que le había dicho que podía usar cuando en verdad fuera de utilidad.
No estaba su padre y pudo salir para correr de regreso.
Cuando llegó,
el felino casi se daba por vencido,
lamía su herida con sonidos cada vez más débiles,
Luna se puso de rodillas y tomó la punta fina de la navaja para aflojar los fierros,
solo tuvo que dar un par de vueltas y quedó libre;
con la poca fuerza que le quedaba huyó hacia donde las plantas ya no dejaban ver el camino.
Luna se levantó satisfecho de haber salvado al pequeño animal y caminó seguro de regreso a casa.
El mundo estaba cambiando tanto como Luna,
que ahora tenía las piernas largas y fuertes,
los brazos casi hasta sus rodillas.
Por las tardes ayudaba a su madre con las artesanías que hacían para vender en el Pueblo,
y por las mañanas iba a la escuela,
en el camino aprovechaba para jugar con sus amigos y hacer carreras,
le encantaba correr.
A veces descubría las manchas de aquel jaguar entre las hierbas,
pero hacía como que no lo veía para que sus amigos no se asustaran,
lo había visto por años,
él había escuchado que el gran jaguar estaba en peligro de desaparecer,
pues los hombres lo cazaban a veces sólo para divertirse,
pero nunca pensó que aquel lindo felino se hubiera convertido en tan imponente animal.
Un día en una de esas carreras,
el jaguar quiso salir de las hierbas para demostrarles lo bien que él también podía correr y celebraran juntos,
pero los amigos de Luna pensaron que los estaba atacando,
huyeron sin esperar a Luna,
que se detuvo para mirarlo con cautela,
no había duda,
aquel gato en realidad se había convertido en el Jaguar que muchos temían y otros deseaban.
Se miraron para distinguir en sus ojos el deseo de correr y comenzaron una carrera a toda velocidad,
además comenzaría su amistad,
Luna lo acompañaba de vez en cuando para pasear juntos en la maleza.
Los amigos de Luna lo intentaron detener para que no le diera mucha confianza al animal,
pero Luna dejaba a veces de ver a sus amigos por llevarle algo de la comida que preparaba su mamá,
como calabacitas con queso,
que le encantaban.
Un día,
por alguna razón llegaron de sorpresa a su casa un grupo de hombres que querían llevarse a los padres de Luna,
pues según ellos tenían protegido al jaguar que habían estado persiguiendo,
pero ellos no sabían de lo que les estaban hablando.
Al escucharlos Luna salió corriendo para encontrarse con su amigo,
y uno de los hombres lo persiguió seguido por los demás arriba del auto.
Luna era veloz también para pensar y decidió hacer otra cosa y no se dieron cuenta que Luna los estaba guiando hacia el lado contrario,
se acercaban al Pueblo y pensaron que nadie diría nada de que varios hombres persiguieran a un niño,
pero fueron interceptados por policías,
ya que había buena vigilancia en el Pueblo.
Luna denunció a esos hombres y además de que no fueron liberados los trasladaron a otro lugar donde ya no pudieron regresar.
La familia de Luna decidió que debían cambiarse a un lugar donde pudieran estar más seguros y protegidos.
Luna nunca dejó de visitar a su amigo para correr y divertirse.
Además,
aquellas carreras lo preparaban para que se convirtiera en un competidor que ganaba medallas por su resistencia y velocidad.

AUTORA DEL CUENTO
Isabel Gama

LOCUCIÓN
EN ESPAÑOL
Isabel Gama

CORRECCIÓN Y REVISIÓN
DE ESTILO EN ESPAÑOL
Ytzel Maya

ILUSTRACIÓN Y FORMACIÓN
Lilia Isabel Martínez Ruiz

RESPONSABLE DE DISEÑO
DEPARTAMENTO DE DISEÑO MULTIMEDIA
Fernando Ivan Dupotex Herrera

DESARROLLO DE AUDIOLIBROS
DEPARTAMENTO DE DISEÑO DE
MATERIALES DE LENGUAS INDÍGENAS
Luis Flores Martínez

INSTITUTO NACIONAL DE LENGUAS INDÍGENAS

DIRECCIÓN GENERAL
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DIRECCIÓN DE POLÍTICAS LINGÜÍSTICAS
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